Tras las primeras décadas
del siglo XX se hizo muy clara una distinción entre los
arquitectos que estaban más próximos de las vanguardias artísticas en
curso en Europa y aquellos que practicaban una arquitectura conectada a la
tradición (en general de características historicistas, típica del
eclecticismo). Aunque estas dos corrientes estuvieran, en un primer momento,
llenas de matices y medios términos, con la actividad
"revolucionaria" propuesta por determinados artistas, y
principalmente con la actuación de los arquitectos conectados a la fundación de
la Bauhaus en Alemania,
con la Vanguardia Rusa en la Unión Soviética y con
el nuevo pensamiento arquitectónico propuesto por Frank LLoyd Wright en
los EEUU, la diferencia entre
ellas queda nítida y el debate arquitectónico se transforma, de hecho, en un
escenario poblado de partidos y movimientos caracterizados.
La renovación estética
propuesta por las vanguardias (especialmente por el cubismo, el neoclasicismo, el constructivismo y la abstracción) en el campo
de las artes plásticas, se abre el camino para una aceptación más natural de
las propuestas de los nuevos pensamientos arquitectónicos. Estas propuestas se
basaban en la creencia en una sociedad regulada por la industria, en la cual la máquina surge como un elemento absolutamente integrado en
la vida humana y en la cual la naturaleza no está sólo dominada, sino que también se
proponen nuevas realidades distintas de la natural.
De una forma general, las
nuevas teorías que se discuten acerca del Arte y del papel del artista ven en
la industria (y en la sociedad industrial cómo
uno todo) la manifestación máxima de todo el trabajo artístico: artificial,
racional, preciso, finalmente, moderno. La idea de modernidad surge como un ideario conectado a la una nueva
sociedad, compuesta por individuos formados por un nuevo tipo de educación
estética, gozando de nuevas relaciones sociales, en la cual las desigualdades
fueron superadas por la neutralidad de la razón. Este conjunto de ideas ve en la arquitectura la
síntesis de todas las artes, visto que es ella quien define y da lugar a los
acontecimientos de la vida cotidiana. Siendo así, el campo de la arquitectura
abarca todo el ambiente habitable, desde los utensilios de uso doméstico hasta
toda la ciudad: para el arte moderno, no existe más la cuestión artes
aplicados x artes mayores (todas ellas están integradas en un mismo
ambiente de vida).
La denominada Arquitectura Moderna o movimiento
moderno será, por lo tanto, caracterizada por un fuerte discurso social y
estético de renovación del ambiente de vida del hombre contemporáneo. Este
ideario está formalizado con la fundación y evolución de la escuela alemana
Bauhaus: de ella salen los principales nombres de esta arquitectura. La
búsqueda de una nueva sociedad, naturalmente moderna, era entendida como
universal: de esta manera, la arquitectura influida por la Bauhaus se caracterizó
como algo considerado internacional (de ahí la corriente de
pensamiento asociada a ella es llamada Estilo Internacional,
título que viene de una exposición promovida en el MOMA de Nueva York).
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